Hay días que escuchar música es lo único que me tranquiliza, sentir libre el cuerpo, leer lo que me venga en gana. Cuando en casa las cosas se ponen gris, la música me ayuda a no sentirlos, los días con la familia son importantes, pero una familia como esta no es la que quiero, que se griten, descalifiquen, que sean sinicos el uno con el otro, que no sean capases de decir las cosas sin gritar, estos días me agobian, tanto o mas para salir corriendo de este nido maldito.
Los intentos de fuga son algo concurrente en mis pensamientos, los momentos de querer y desear con todas las fuerzas mi privacidad, una privacidad que no signifique esconder o encerrarme en las cuatro paredes de mi habitación, ellos me juzgan constantemente, siempre estoy mal, lo que pienso no es adecuado para ellos ¿Pero sera en verdad Yo la este mal? Esta es una pregunta sin respuesta, ya que nadie de estos integrantes son capases de decir la verdad, por que al darte vuelta de apuñalan.
Quiero descansar mentalmente, y la mejor manera que reconozco, es tomar una ducha fría, recostarme sobre mi cama, ponerme mis audífonos, y que me di lo mismo lo que ocurre afuera de mi recamara.
